Como burros sin mecate

Un paseo por el centro de Monterrey, específicamente Ave. Juárez esquina con Ruperto Martínez por esa área del mesón Estrella y cerca del mercado Juárez, me inspiró a escribir una queja. 

Todos los que se han paseado por ahí conocen la cantidad de gente que camina, así como la cantidad de puestos que invaden las banquetas, y es de esperarse que alguien se queje, pues es un coraje tras otro caminar por esas calles. 

Primero, la cantidad de gente que camina por ahí es increíble, y no sólo eso, sino que cada persona camina a su propio ritmo, así sea una señora con tres niños que va prácticamente arrastrándose por la vida y parándose en cada puesto. O sea, si te toca ir detrás de esa señora, aparte de que no le puedes sacar la vuelta porque la banqueta esta bloqueada con puestos, y los niños en mano cadena forman una barrera humana impenetrable, de repente se detiene, obligándote a pararte, casi casi rechinando llanta. Y lo peor es que la mayoría de esas señoras son sordas, o hablan otro idioma o no sé, porque si le dices cortésmente "con permiso", no escuchan, o tal vez sí pero no les importa. ¿De veras no se dan cuenta? De verdad me pregunto, porque es increíble que no se den cuenta que obstruyen estúpidamente el paso, y que la única salida es sacar la vuelta por la calle, toreando a los carros y sacándole la vuelta a los señores que traen los "diablitos" y que poseen permiso de libre tránsito con solo gritar "ahí va el golpe" o simplemente silbando. 

Después de alejarme del mesón Estrella, me dirijo hacia la Ave. Juárez para cruzarla. Al llegar a la esquina, se encuentran como 10 personas paradas esperando que cambie el semáforo para cruzar el nada seguro crucero. Pero, ¡Oh! ¡Sorpresa! a menos de 5 metros hay una salvación, que podría salvar vidas, un puente peatonal, que luce vacío. Y aunque haya semáforos para peatones, en una avenida como esa que es de doble sentido y que tiene una cantidad respetable de tráfico, no es suficiente. Entonces decidí subir el puente y cruzar, lo cual no sólo me ahorró la posibilidad de que me atropellaran, si no, que me permitió llegar al otro lado de la avenida sano y salvo antes que todos los que estaban parados esperando al bendito semáforo. ¿Es tan molesto subir unos cuántos escalones para ahorrar tiempo y prevenir un accidente? De hecho yo cada vez que veo un puente peatonal, pienso que es un desperdicio que estén ahí como esculturas. Pero para qué tomarse la molestia de subir 20 escalones, si ni siquiera es tan emocionante, no hay esa sensación de sentirse vivo. No hay nada mejor que atravesar la calle, sin fijarse (bien lo dice mi novia: "Hasta los perros se fijan antes de cruzar") y que los conductores se preocupen por sus vidas.

Y por último, algo de lo más estúpido. Antes de mencionarlo, quiero aclarar que no pienso que las aceras en Monterrey estén bien diseñadas, hay unas que miden un metro de ancho e icluso menos, y luego hay que restarle el espacio que ocupa el arbolito y el señor que vende chicles. Pero bueno, el punto es que vengo en un camión, y veo por el parabrisas, a una mujer, hablando por teléfono, caminando por la calle, a unos 70 cm de la banqueta, que por cierto, estaba vacía y tenía suficiente espacio como para la señora que mencioné arriba con sus tres retoños. El camión tuvo que sacarle la vuelta. ¿Qué hubiera pasado si no le hubiera sacado la vuelta? Obviamente el chofer hubiera tenido que pagar por la irresponsabilidad de la dama de usar la calle cual alameda. Si existen las banquetas, hay que usarlas, y no porque existan, por sentido común. Igual con los puentes peatonales, no nos vendría nada mal subir unos cuantos escalones de vez en cuando. Pero ah no, como burros sin mecate y que sea lo que Dios quiera.

Comentarios

Publicar un comentario

Deja tu queja aquí

Entradas populares de este blog

Reyes del camino 1

Top Chef temporada 1 capítulo 7